martes, septiembre 11, 2007

III CURSA FIGUEROLES








Sábado, 8 de Septiembre de 2007


15,4 kms
1:36:58
1476 kcal
180 pmedia
193 pmáxima

Bueno, llegó, sábado 5:30 suena el despertador, nos cambiamos y nos vamos a buscar a mi hermano. Es la primera vez que hace una marxha de montaña y está más nervioso que menos. Otro caso para estudio, hace unos meses no sabía lo que eran unas zapatillas, y ahora le está empezando a coger el gustillo, con 29 años, es el gen Edo, que le cuesta arrancar...




En fin, llegamos a Figueroles en familia, Miguel y yo, mi hermano y Sonia y Paco (compañeros de aventuras por el GR hace unos días). En la Plaza, pues casi no cabemos, un montón de gente, cogemos dorsales, posiciones y a correr.



Salgo "concentrada", pensando que son sólo 15 kms y que tengo que correr, que es mucha pista, y de salida va bien la cosa, salimos un poco hacia atrás (Miguel venía conmigo) pero voy recuperando bien. Llegamos a la primer subida y pillamos un tapón impresionante, llegamos arriba y empieza la bajada, por suerte no es demasiado técnica y no lo paso mal. Seguimos al trote y después del primer avituallamiento tengo un bajón, me pesa el culo totalmente, vamos por pistas al lado de la zona quemada, menuda rabia que entra al ver semejante panorama.


Me acomodo a un ritmito muy suave y no hay manera de ir más viva, no vuelvo a reaccionar hasta casi al final de la prueba. Me gustó mucho el trozo nuevo del recorrido, el final, deberían incluirlo en próximas ediciones aunque vuelva a ser como antes. Ese sube y baja final, el paso por el barranco, está muy chulo. Y la subidita final (digo, igual se la ahorran...)






La llegada espectacular, menudo avituallamiento! la bolsa de corredor impresionante (ya nos la habían enseñado el día de la prueba), y muy útil. Y el control total. Un 10 para la organización, que se lo curró y mucho.






Llegamos a meta esperando encontrarnos a Laura que venía a vernos, pero hemos llegado antes de lo que dijimos a mis padres, así que aún no han llegado. Al llegar, se empeña en pasar (y pasar y pasar) por el arco de meta, y en una de tantas la pillan. Toda emocionada ella.






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